Cuantas más palabras descubro, más son los caminos que me llevan a
lo inexplorado. Y a veces suelen aparecerme muchos inexplicables imposibles,
esos pequeños sin forma, que me invitan a jugar, a correr, a volar, a juntar
los improbables del cielo, piezas ilusorias que guardo dentro de mí.
Soy el afortunado de haber nacido donde esos quiméricos mundos para
mi son reales.
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