Mañana será otro día y yo
perdido en la tiniebla amarga,
Callo mientras mis pies caminan sin más.
Aturdo a la maldad que aspira otra conquista. Las
pestes aumentan su furor. Y mirando desde una esquina que nada lo ve, abro los
brazos en búsqueda de nada y atraigo lo más débil del mundo, en ese acto sonríe
mi ceguera.

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