El reino del hombre no es el
estrecho y angustioso territorio de su propio yo, ni el abstracto dominio de la
colectividad, sino esa tierra intermedia en que suelen acontecer el amor, la
amistad, la comprensión, la piedad. Sólo el reconocimiento de este principio
nos permitirá fundar comunidades auténticas, no máquinas sociales.
Ernesto Sabato.






