EL ENGAÑO

La espera no lo deja en paz, siempre consumiendo el verdadero momento que se tiene, tan solo vivir es comenzar.

Escondiéndose en las garras, que siempre son las mismas; tal vez un llanto, que pueda sacudir la voluntad, y desprenderse de esas peligrosas noches que lo atrapan y lo alejan. Rompiendo la estructura del miedo, esa rectitud que trae el conformismo, de querer vivir sin morir. Y caminar sobre una escalera al cielo y con fuerte voz, gritar lo que se ha prohibido y no callar lo que se quiere decir.

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