Una niebla lo cubría todo y yo deambulando por
la soledad, perdido en tus ojos, que te me escapas como una brisa por los rincones, que te pierdes como
brillante luz en la noche, te persigo aunque mis pies no avancen, ni que mi
mente se encandile con el efímero temor.
Tu mirada, es un puño firme que se muestra en
el aire, negando toda dependencia, ni esclavizando los pensamientos. Apuras una
fuerte manifestación de amor, en una tierra que no tiene dueño, ni emperador.
Es libre como la semilla que nace entre las
rocas, es fuego ardiendo en el alma, es canción bailando con el viento sin
control, sobre la mar revoltosa, buscando la invisible integridad de los elementos.




