En el amanecer del mundo, con el viento de
compañero, aceleré el paso, buscando el delirio de lo liviano. Fui en búsqueda del mayor reto, del desafío eterno, me fui
buscando y me perdí soñando.
Me encontré mirando, y mirando me desperté.
Donde el tumulto se convierte en energía y
donde las llamas de mis manos acarician lo temido e incontrolable infinito del
presente.