Comienza otra historia.
Recorro los caminos,
Rayando mis manos
En un salar ardiendo,
Mi fuego es parte de este incendio,
Y la menor conciencia, se desvanece en el
aire.
 De solo pensarlo nausea saber la emoción
de encontrarse sin nada, a veces la verdad tiende a enloquecernos, unas cuantas
veces nos da alegría, pasiones, sentimientos que jamás olvidaremos, sin embargo
lo callamos, la muerte nos espera y tememos llegar al fin sin armas para
combatir una batalla que siempre supimos perdida, aunque cabezones e
impacientes pensamos en la locura del después , aunque no nos preocupa el
presente que ya nada nos inquieta, nada nos motiva, sacamos la rutina cada día,
para que alguien nos limpie de una vez nuestra mugre diaria.