Bajo
los escombros hay un silencio capaz de aturdir al inquieto, apabullar
al desorden y cautivar la locura, locura que no se detiene a pensar, que transita por laberintos mágicos, enferma de amor que rebelde canta;
Un
mundo cuerdo solo contamina el estado mayor insurgente.
Nademos
pues, que nuestros corazones están esperando una simple sonrisa.
