Sin más que lo puesto, paso lo días, callado
y silencioso, abriendo los mágicos sentidos hacia la unión de mi ser, abrazo mi
mente y mi alma, cargando fuertemente al corazón, las venas explotan y mis ojos
observan la rebelde alegría de permanecer y actúar.
Donde el tumulto se convierte en energía y
donde las llamas de mis manos acarician lo temido e incontrolable infinito del
presente.
Buscando el abismo, penetrando como un
rayo, buceo en lo más profundo de la tierra.