UN CUENTO


Le dimos nuestro gran tesoro,
Le regalamos nuestras alas,
Levantamos su trofeo pensando que era nuestro.
Y lo que fue poder, fue terror lo que fue simple, fue difícil de explicar.
Hoy los abrazos contienen un poder tan firme como ayer, y esa conexión que perdura por los años, nos demuestra que en cada trazo, podemos inventar un espacio flexible, un color nuevo que nos haga reconocer nuevamente el sentido de nuestra independencia.